Con agente literario o sin él, el tipo de contrato más conocido por cualquier escritor es el contrato de edición literaria. Menos conocidos son los contratos de opción y de preferencia.
Mediante el contrato de opción, el autor puede firmar una obra literaria para que durante un plazo determinado a partir de la firma, la persona autorizada para ejercer dicha opción pueda ofrecer en exclusiva la obra literaria a los agentes y/o los productores interesados, para uno o varios tipos de explotación (por ejemplo, para la adaptación audiovisual) bajo unas condiciones predeterminadas por el autor en el mismo contrato de opción; a fin de que en el supuesto de que la persona autorizada encuentre a un agente o productor interesado, se pueda ejercer la opción consistente en adquirir los derechos sobre tal obra literaria en las condiciones pactadas.
El contrato de preferencia es muy similar al contrato de opción; la diferencia principal radica en que en este último tipo de contrato, la persona autorizada para ofrecer la obra literaria no la ofrece “en exclusiva” sino que lo hace bajo un “derecho de preferencia” frente a otras ofertas que pueda recibir el autor durante el plazo pactado en el contrato. Tampoco hay que confundir este derecho contractual de preferencia, con aquel otro derecho de preferencia que la Ley reconoce a los editores literarios en México para la realización de ediciones subsecuentes; este último contrato incluirá los derechos de autor y también el derecho conexo del editor.
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